jueves, 23 de mayo de 2013

Todo lo que usted quiso saber y no se animó a preguntar de submarinos





Que mejor manera de inaugurar esta bonita pagina intitulada “películas caseras” que con una peli de submarinos, que  dentro del genero bélico, son las mas dramáticas y ñoñas, sobre todo si el submarino es ruso…..La diferencia entre una peli de submarinos yankees con una de submarinos rusos, radica básicamente en el concepto de héroe que cada una refleja ; el tripulante de submarino yankee por lo general gana una batalla heroicamente con alguna que otra baja de color (los negros siempre mueren primero en este tipo de películas), y el final siempre es feliz. En cambio los rusos, con esa sufrida nostalgia roja nos muestran más a un héroe que sacrifica su  vida o su reconocimiento en pos de lo que según los yankees, es una causa equivocada, teniendo en cuenta también que es un poco complicado meter un negro en una película de rusos (“jodido como negro en submarino ruso”, dice el viejo dicho de las calles de San Petersburgo).
La película a citar en esta oportunidad se llama “Hostile Waters” ; podría haber elegido tranquilamente “Red Oktober”,  “K9 The Widow Maker”, o inclusive “Das boot”, que si bien la tripulación es alemana, es un garrón también…. pero lo lindo de esta película es que podría considerarse una “perlita”; producida por Hbo y la BBC y protagonizada por nuestro querido amigo Rutger hauer (mi actor fetiche), y con un reparto que incluye a Martin Sheen (el papa del copado de Charly) y el memorable Max Von Sidow . 

La manera más gráfica de comentar como se desarrolla la trama es, como le decía a mi amigo el rulo, la siguiente: “la película arranca con el mecánico del submarino tratando de tapar una pinchadura con una llanta de bici, y lo pior de todo es que el primero que se muere es el mecánico…..después muere el dotor, lo que sigue, te lo imaginaras”. Para entender un poco mejor estas líneas podría indicar que los rusos y sus submarinos, según el 7mo arte, presentaban dos problemas: 1) relacionado con la mecánica y el mantenimiento de dichas naves; y  2) relacionado directamente con la mala leche.
El K219 es un bonito submarino nuclear ruso que atravesaba los mares del atlántico norte mientras Reagan y Gorbachov la iban careteando cada vez más; la cuestión es que mientras Mikhail y Ronald iban viendo que onda la Perestroika y esas cosas, en aguas cercanas a Bermuda  había bocha de submarinos de los dos bandos tocándose bocina. Fue en uno de esos embotellamientos donde el submarino Yankee capitaneado por Martin Sheen, le toca el capot al submarino de Rutger, en el papel del Capitán Britanov, después de ahí pasa lo inevitable en toda peli de submarinos rusos: muy grande, muy lindo, motor nuclear turbo inyection, zarpadas bombas…..pero medio flojon de submapartes y mantenimiento; inmediatamente después del choque comienza a perder uno de los tubos o una bomba de algo, el mecánico se termina yendo de gira y el que lo acompaña es el doctor, por la fuga se termina prendiendo fuego uno de los sectores cercanos a los misiles…….Estamos fritos!
De acá en más, El capitán Britanov y sus muchachos harán las mil y una para evitar la catástrofe, inclusive a costo de sus vidas; emergen y sumergen el submarino tratando de apagar el incendio y enfriar el reactor….en eso se les escapa un misil y los yankees, temiendo lo peor manejan la posibilidad de hundirlo a torpedazos; comunicación va, comunicación viene tanto en Moscú como en el pentágono deciden que hacer con lo que queda del maltrecho submarino soviético; pero nuestro héroe con los pantalones bien calzados decide llevarse a la nave bien al norte, hacia aguas profundas donde el submarino puede ser hundido sin causar daños mayores (daños mayores, estamos hablando de un submarino nuclear con bombas nucleares que pueden hacer volar casi toda la costa este de América del Norte). Y que mejor manera de terminar esta gesta silenciosa de la armada rusa que con un sacrificio: el reactor empieza a “perder aceite”?  hay que cerrarlo, pero tiene que ser un pibe…..un tipo grande no lo soportaría, para colmo de males  quedan pocos tubos de oxigeno…El capitán debe elegir a uno y el que se saco todos los números es Preminien, que después de lloriquear un rato se golpea el pecho y va; la escena es de esas que uno dice: “no somos nada”, el pibe cerrando 4 válvulas a mano, sin oxigeno,  y el capitán Britanov  pasándole por comunicador una bomba anímica al mejor estilo Carol Madelón; “Pibe, todos nosotros, y la paz mundial dependen de vos”. 
Con el problema resuelto y la honrosa muerte de Preminien, los submarineros del k219 son rescatados por  los rusos allá por el atlántico norte, mientras  Martin Sheen se saca el sombrero desde su submarino (que loco, el que se manda el moco es él) y hasta el comisario politíco a bordo (que siempre es el buchon de la KGB) se pone del lado de los muchachos de Britanov. La película nos muestra un final donde los héroes del k219 son condecorados pero silenciados, inclusive al capitán Britanov; viejo lobo de mar…. lo separan de la fuerza.
Como cierre de esta reseña podríamos usar una de esas bellas frase finales que toda película digna de ser vista tiene que tener; es la que dice Rutger cuando es llamado, en presencia de toda la tripulación, las autoridades navales y sus respectivas familias, al pibe mártir: “PREMINIEN, PREMINIEN….Preminen sigue patrullando en alta mar, señor”.

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