miércoles, 31 de julio de 2013

merodeando cementerios de noche....como un lobo



Sumergido y perdido en un laberinto de libros, ideas e insomnio; no encontré mejor idea para salir de él que terminar estas lineas escritas hace ya una semana, destejiendo un pedazo de mis más profundos recuerdos cual Teseo y caminando siempre hacia la izquierda de mi trasnochado cerebro.....si es que no termino jugando a la guerra de pintura de "regular show".








No fue más que un domingo bien de invierno, tras una larga jornada repleta de malas juntas no había nada más que hacer que permanecer en la cama mirando alguna película y viendo caer el gélido polvo de diamantes por la ventana.
Como debía ser, esta tarde pasaron "Un lugar llamado Nothin Hill", fue inevitable no verla....de hecho nunca pongo resistencia cuando dan Nothin gil. Pero hoy no voy a hablar de esta película (ya habrá oportunidad, mientras queden fines de semana en este invierno).
Hoy me puse serio, reflexivo e intelectualoso y no tuve mejor idea que mirar el maravilloso film "El nombre de la Rosa", película de 1986 inspirada en la genial novela de Umberto Eco que lleva el mismo nombre. Se vuelve una tarea titánica para mi maltrecho intelecto tratar de comentar en breves lineas esta película, no sólo por el juicio de valor que puedo hacer con respecto a la peli en sí (entra en mí top ten fija) sino por la importancia y el significado que élla presenta (en mis épocas de universidad nos daban para leer el libro y verla en historia medieval; y queme muchas neuronas en una noche reseñando la novela a la luz de las velas para un trabajo de sociología de la religión). Era aún más joven que Adso de Melk cuando la vi por primera vez en una trasnoche del 13 (cuando el 13 a la noche daba pelis piolas) y ya me había causado una grata impresión a pesar de mi corta edad. 
El libro en que se basa el film es una novela histórica? es un tratado filosófico escolástico? Es un policial? Es una historia de amor?.....Posiblemente sea un poco de todo esto, adornado con un soñado elenco que incluye a Sir Sean Connery, Christian Slater, Michael Londsdale, Elya Baskin, F Murray Abraham (el Salieri de Charly?) y Ron Perlman entre otros, y dirigida por Jean Jacques Annaud ("Enemigo al Acecho", "Siete años en el tibet", "El oso", "La guerra del fuego"); la ambientación esta cuidadosamente realizada y la música, aunque secundaria, no desentona para nada.
Centrada la acción en una perdida abadía del norte de Italia y relatada por un ya viejo Adso de Melk (Chistian estarde, cuac); allá por el siglo XIV sucede que en vísperas de celebrar una especie de congreso ecuménico tratando la pobreza de jebus se cometen una sucesión de misteriosos crímenes, y las autoridades del claustro no tienen mejor idea que recurrir a la prodigiosa ayuda del legendario William de Baskerville, famoso en todas las latitudes de la cristiandad por creerse muy pistola y tener con que sustentarlo; el chabón era un monje Franciscano, pero era medio Sherlock Holmes, usaba anteojos (casi herético por aquel entonces), tenía un astrolabio y  gustaba de leer cosas que en sus pares causaban alergia (como los brasileros a nuestro William dt, el profesor Sabella).



 Los crímenes se suceden  mientras los oscurantistas monjes benedictinos intentan ocultar "la verdad" con el fin de mantener el status quo, y paulatinamente el vector detectivesco de la película se pierde en discusiones referentes a la capacidad del hombre de conocer por medio de la razón; el debate acerca de la pobreza de cristo (y de "la bolsa" que supuestamente llevaba consigo); la reclusión, la pena, la visión de la mujer y la belleza, la risa, el rol de la iglesia, etc. La causa de todas las fatalidades y todas las penurias descritas en la película y la novela se remiten nada más ni nada menos que a  la palabra escrita, una palabra tán fulminante como el veneno, como el mismo veneno que produce en las vísceras de los intolerantes una sabiduría diferente, la duda, el deseo, el humor.



William (Sean Connery) estaba más allá de todo, su intelecto y su sagacidad lo hacían pecar de obstinado e intelectualmente vanidoso; pero su espíritu desafiante era su medio para conocer la verdad, ni la misma Inquisición retrograda y despótica podía detener su afán de sabiduría, que no era más que un amor incondicional por el conocimiento (yo lo banco a William porque es super ñoño); aunque él, sabio de pe a pa no poseía el saber que su joven discípulo había adquirido en aquella oscura abadía, el amor de una mujer, amor que en ese momento era visto como una perturbación del alma tán fulminante como la misma muerte. "El amor no se origina como una enfermedad, pero se transforma en eso cuando se convierte en idea obsesiva; el teólogo Musulmán Ibin Hassan afirma que la persona enferma de amor no quiere ser curada y que sus ensueños amorosos causan respiración irregular y aceleran el pulso; él identifica la melancolía amorosa con la licantropía, un mal que lo induce a comportarse como lobo con su víctima. la apariencia exterior del enamorado empieza a cambiar, pronto le falla la vista, sus labios tiemblan y su rostro se cubre de pústulas y granos....y termina sus días vagando por los cementerios, de noche, como un lobo." 
Pero este amor es como las rosas, pueden ser descritas y vistas de mil formas, pero siempre habrá una rosa primera, aquella que le dio su nombre.

  Pd: Creo que ésta noche tampoco voy a poder dormir.....Estan dando "Furia Ciega"!!!!!

Película completa (y con audio latino!!!!):

1 comentario:

  1. SI......acepto que me cuelguen en la plaza de tolosa o que me excomulguen, entre todos los horrores de ortografia que cometo publicacion tras publicacion, el de haber escrito Umberto Eco con H, es imperdonable jajajajajaj

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